Ante más de 260 mil fieles que desafiaron el frío, el padre Ignacio Peries encabezó el habitual Vía Crucis en barrio Rucci y dejó especiales mensajes en relación a los linchamientos que afectaron a la ciudad, habló del papa Francisco y admitió su amor por Rosario.
En relación a los linchamientos, el sacerdote pidió: “No nos matemos unos a otros”. Ignacio instó a “abandonar la violencia, la droga y la justicia por mano propia”, al tiempo que determinó que “cuando no hay seguridad la gente reacciona ante el miedo, sin pensar”.
Por su parte, antes de la bendición a los miles de religiosos que se acercaron al lugar, expresó: “En lugar de construir más cárceles, hay que hacer más escuelas”.
En un acto que se desarrolló media hora antes de lo previsto por el clamor popular, también se refirió al papa Francisco, de quien señaló le preguntaron si había hecho algún cambio. “Le respondí: ‘sí, en el corazón de todos’”.
Por último, el momento pico de la noche en barrio Rucci se desencadenó cuando Ignacio habló de su posible salida y retiro para irse a vivir afuera de la ciudad. “Muchos todavía me preguntan si me voy a ir a Paraná. Puedo ir a cualquier parte pero Rosario conquistó mi corazón. El día que me tenga que jubilar me voy a quedar en Rosario”, concluyó.