«Esto es un sueño ¡estoy muy feliz por la organización, que tanto se lo merece! Es lo más grande que nos podía pasar», dijo ayer emocionada Alejandra Suárez, la bioquímica rosarina que integra la ONG que ganó el Nobel de la Paz. La Organización para la Prohibición de Armas Química (OPAQ), con sede en La Haya, se quedó con el preciado reconocimiento mundial por su «exhaustivo esfuerzo para eliminar las armas químicas».
Suárez, investigadora del Conicet, docente de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) y directora de la Escuela Universitaria de Química, es la actual presidenta del Consejo Consultivo Científico de la organización ganadora del Nobel. Asumió su tarea en 2009 y este año fue elegida por otro período más, por lo que seguirá en funciones hasta 2016. Suárez sucedió a otro rosarino en ese cargo, el profesor Rolando Spanesello.
La OPAQ, integrada por expertos de todo el mundo, tiene como misión principal hacer cumplir la Convención sobre Armas Químicas (un tratado internacional conocido como OPCW por sus siglas en inglés) que busca la destrucción de estos arsenales que son una amenaza, pero sobre todo, una triste realidad.
El pasado 21 de agosto unos 1.500 civiles, entre ellos 300 niños, murieron en Siria como consecuencia de un ataque contra la población que habría sido perpetrado por un grupo leal al dictador Al Assad, a cargo del gobierno.
Las imágenes del horror que mostraron a chicos, bebés, hombres y mujeres muertos, tirados en el piso, sin haber tenido la mínima posibilidad de defenderse, son una evidencia estremecedora del poder letal que tienen las sustancias cuando son utilizadas con fines bélicos.
La tarea silenciosa de la organización que ayer se quedó con el Nobel de la Paz, y que lleva adelante desde hace 20 años, se hizo explícita en ese momento ya que los miembros de la OPAQ consiguieron que finalmente Siria se sume a la lista de 189 países que ya adhirieron a la convención para que estos atentados no se repitan.
Expertos miembros de la entidad ya destruyeron en Damasco (Siria) misiles, bombas y equipos para mezclar químicos.
El lunes que viene, la adhesión formal de Siria a este programa por la paz será un hecho y con esa firma, llegará un nuevo logro para esta entidad que trabaje por un mundo más pacífico.