En un partido vibrante, Central sumó tres puntos clave para mantener con vida sus aspiraciones de obtener un boleto internacional de cara al próximo semestre. Parecía que lo ganaba fácil. Después la amenaza de una derrota dura y absurda sembró la ira en las tribunas. Pero al final, Central le ganó 3-2 a Patronato en el Gigante de Arroyito, por la fecha 16 de la Liga Profesional.
Marco Ruben anotó a los 3 minutos tras un rebote que dio el arquero Ibáñez y, cuando el local merecía el segundo, Sebastián Sosa Sánchez igualó de cabeza para la visita. En el complemento, un horror de Broun y la defensa le dio el segundo al goleador del Patrón. Pero Luciano Ferreyra, a los 39, y Emiliano Vecchio, a los 48, dieron vuelta el resultado.
La primera impresión en Arroyito fue positiva: Covea se mostró sobre la izquierda, abrió para la subida de Martínez y Marco Ruben anticipó en el área pero desviado. Aplausos y entusiasmo del público canalla que se asustó con una respuesta de la visita y un pedido de penal por un empujón a Gudiño.
Pero no hubo ni tiempo de debatir esa acción al menos dudosa. A los 3 minutos se repitieron los protagonistas de la primera ocasión: Martínez habilitó a Covea, el venezolano sacó un tirito pero Ibáñez dio rebote y apareció el goleador canalla para el grito del Gigante, otra vez con público.
Central no aprovechó el empuje y, al contrario, se fue quedando en el manejo del juego. Con poco, la visita creció y sin mucha claridad lastimó dos veces con Vázquez. El Canalla saltaba de defensa a ataque con escasa elaboración. A los 27, Marinelli aprovechó un error en el fondo y casi convierte el segundo. A los 33, tuvo otra clara con una palomita de Ruben que pasó cerca. Dos minutos después, el goleador reclamó que lo tomaron en el área en otra chance de riesgo.
En ese lapso el conjunto del Kily cambió la cara y volvió a buscar la victoria con decisión. Tuvo un par de ocaciones más pero, así es el fútbol, en su mejor momento recibió un golpe inmerecido.
A los 43, Gudiño le ganó a Blanco y sacó un centro para que Sosa Sánchez, de cabeza, nivelara el resultado. El Kily le dio 10 minutos al equipo y como no vio mejoras, movió el tablero. Mandó a la cancha a Emiliano Vecchio (por Covea), Lucas Gamba (por Desábato) y Diego Zabala (por Marinelli).
A los 14, ya se notó la presencia del engache que sacó un centro bárbaro, Ferreyra ganó por arriba, la pelota dio en el palo y en el rebote Martínez, sin arquero, le erró al arco.
El correr de los minutos no ayudó a Central y los nervios le jugaron una mala pasada. Broun salió lejos a despejar lejos una pelota que le cayó a un visitante y disparó al arco, lo que derivó en un rebote en el travesaño y otra vez apareció Sosa Sánchez para empujar al gol, poner el 2-1 y desatar la bronca de las tribunas del Gigante.
A los 32, Luciano Ferreyra entró por Gino Infantino y llegó con buenas noticias. Siete minutos después el Pupi marcó el 2-2 (tras un gran centro de Gamba) que alivió la ira canalla por ilusión. A los 47, Vecchio, el mejor de todos aún fuera de ritmo, apareció sobre el final para marcar el tercero y desatar, esta vez sí, el carnaval en Arroyito.
Sin buen juego, con una inestabilidad que preocupa, de todas formas Central cortó la racha de tres encuentros sin victorias en la Liga Profesional. Ahora suma 20 unidades y escala posiciones hacia la mitad de la table y el objetivo de clasificar a la Sudamericana.