El juez de Garantías Carlos Vera Barros dictó prisión preventiva efectiva hasta el 1º de diciembre para Jonatan Lionel Gómez, alias “Gordo Jony”, detenido este jueves a la madrugada por la División Antidrogas de la Policía Federal a metros del Parque España. La acusación, a cargo del fiscal Santiago Alberdi de la Procunar, lo ubica como segunda línea en una organización dedicada al narcotráfico en Rosario, con conexiones con el clan Riquelme y con la estructura criminal de Esteban Lindor Alvarado, actualmente preso con condena a perpetua en Ezeiza.
Según la investigación, la célula estuvo comandada entre julio de 2024 y febrero de este año por Guido Rinaldi, quien en agosto pasado aceptó un juicio abreviado y recibió una pena de seis años de prisión. Gómez y su hermano Leonel habrían asumido tareas clave en la logística: buscar, fraccionar y almacenar la droga, así como la compra de divisas y la provisión de cocaína y marihuana. En un allanamiento realizado en Maipú al 1400, domicilio declarado de Jonatan Gómez, se incautaron dosis de droga de diseño.
El entramado judicial revela además los antecedentes de la familia Rinaldi. Nicolás Rinaldi (38), hermano de Guido, fue condenado en 2024 a tres años de prisión por formar parte de la red liderada por Francisco Riquelme, mediante operaciones de compraventa de autos a nombre de testaferros. Ese antecedente llevó a los investigadores a sospechar que Guido y sus lugartenientes extendieron sus vínculos con proveedores asociados a Alvarado.
La presunta conexión con el capo narco también se evidenció en un episodio ocurrido tras los allanamientos del 19 de febrero. Un día después, cuatro personas fueron detenidas en barrio Las Acequias de Roldán por “desvalijar” la casa donde residía Rinaldi. Según la hipótesis, la maniobra buscó “limpiar” el domicilio antes de que avanzara la investigación. En ese procedimiento, la Policía encontró documentos vinculados a Alvarado, reforzando la sospecha de nexos con su estructura.
La detención de “Gordo Jony” y la resolución judicial que lo mantiene preso hasta diciembre constituyen un nuevo capítulo en la ofensiva contra las células narco que operan en Rosario, con ramificaciones en clanes históricos y conexiones con jefes encarcelados pero aún influyentes en el negocio ilegal.
