En una cancha embarrada, con la pelota frenada y el cielo indeciso entre la lluvia y el sol, Rosario Central debutó con el pie derecho en la Copa Argentina: venció 1-0 a Los Andes en San Nicolás y selló su pase a los 16avos de final, donde lo espera Unión, el equipo del Kily González, un viejo conocido para la institución canalla.
Los primeros minutos fueron más voluntad que claridad. El conjunto dirigido por Ariel Holan manejó la pelota, pero le costó traducir posesión en peligro. Apenas un palo tras un centro que no llegó a conectar el voluntarioso Enzo Copetti y un bombazo del colombiano Jaminton Campaz en el travesaño sacudieron la modorra. Del otro lado, un regalo de Juan Cruz Komar ante el mal estado del campo de juego le dio a Enzo Díaz la más clara para Los Andes, pero Jorge Broun resolvió con oficio.
El segundo tiempo encontró a Central más decidido. Con cambios frescos en ataque y la cancha inclinada hacia el arco rival, el Canalla empezó a jugar donde quería. El gol llegó después de los 20, cuando Lautaro Giaccone —que minutos antes había fallado una increíble— tocó al gol tras una gran asistencia en diagonal de Maximiliano Lovera.
Campaz resultó el más incisivo en ataque, con interesantes aportes de Santi López y Lovera como lanzadores. Copetti sigue negado con el gol: no le faltan la presión, la voluntad y el empuje, pero sigue sin convertir las pelotas que flotan en el área rival y comienza a desatar murmullos desde las tribunas por su rendimiento, lejos del esperado cuando arribó al club. Durante todo el segundo tiempo tuvo chances para convertir pero fue Giaccone quien se filtró en el área para romper el cero.
Con el resultado a favor, el equipo rosarino supo administrar el trámite. Pudo ampliar, pero no lo necesitó. Los de Lomas de Zamora apenas insinuaron y el tiempo se consumió sin mayores sobresaltos. Fatura Broun se mostró seguro ante cada insinuación y el silbatazo final fue alivio para un grupo que transpiró la camiseta y se volvió con el boleto a la siguiente ronda en el bolsillo.
Holan, por su parte, se lleva más que una clasificación. Gana tiempo, confianza y competencia interna para encarar la recta del torneo, donde buscará meterse entre los mejores. En el barro de San Nicolás, Central plantó bandera y avanzó a la siguiente instancia de la Copa Argentina, una competencia que en Arroyito siempre miran con cariño.
