Miles de rosarinos se concentraron este lunes por la tarde en la intersección de Presidente Roca y el río para exigir justicia por las muertes de Tania Gandolfi y Agustina García, las dos turistas cordobesas que perdieron la vida en un siniestro vial el martes pasado. La escena, marcada por velas y carteles, fue un claro reflejo de la angustia y el reclamo colectivo. Por la mañana, en la ciudad de Córdoba se realizó una manifestación con idéntico reclamo.
Las dos mujeres, madre e hija, fueron atropelladas por Agustín López Gagliasso, quien manejaba a 120 km/h. En el lugar de la tragedia, amigos, familiares y vecinos se unieron para recordar a las víctimas y pintaron dos estrellas amarillas. En medio del dolor, la comunidad expresó su solidaridad con los familiares de Tania y Agustina. “Diego, Rosario está con vos”, gritaron una y otra vez, dedicando palabras de apoyo al esposo y padre de las víctimas.
Los gritos de “justicia” se mezclaron con los bocinazos de quienes pasaban por la zona y se sumaban a la protesta desde sus vehículos. Familias de víctimas de siniestros viales pintaron estrellas amarillas con los nombres de los fallecidos, mientras decenas de velas iluminaban el lugar, creando un pequeño altar en medio de la multitud.
Con la calle llena de mensajes escritos en pintura amarilla, la palabra “perpetua” fue repetida por los presentes en carteles. Sin embargo, esa exigencia no coincide con las posibilidades reales que ofrece la Justicia: la Fiscalía pidió una pena de entre 8 y 25 años para el conductor responsable. Elsa, madre de una víctima de un siniestro vial, expresó: “La mayoría de los culpables quedan libres. No hay una justicia vial que los condene. La gente pide perpetua, pero no será así. Ojalá que, al menos, se marque un precedente con una condena fuerte”.
- A lo largo de la movilización, otros familiares de víctimas recordaron el vacío que sienten por la falta de justicia en el sistema penal, como lo señaló la madre de Matías, otro joven fallecido en un siniestro vial. “Hoy estamos aquí para acompañar a Diego y su familia, para que sientan que no están solos”, dijo.
El sentimiento generalizado entre los asistentes era de hartazgo. “Ya no podemos seguir perdiendo vidas en Rosario”, comentó un joven. A su lado, una mujer reflexionó sobre la importancia de la educación para evitar que tragedias como estas se repitan. Sin embargo, hubo otros que insistieron en la necesidad de un sistema de justicia más firme y eficaz para frenar la violencia vial y garantizar sanciones severas a los responsables.