“Ésta es una ciudad de cultura, de arte, de trabajo y de paz, vamos a dejar en claro que es una ciudad que siempre lucha por la paz, que rechaza la violencia y que cada vez que puede va a recuperar el espacio público aún en una noche tan ventosa como ésta”, dijo el intendente Pablo Javkin al anochecer de este viernes frente al público que acudió al concierto de música clásica y popular en cuyo marco quedó reinaugurada la Fuente de las Utopías, emblemático ícono urbano emplazado en la bajada Sargento Cabral.
Luego de una esmerada puesta en valor que incluyó la limpieza general, hidrolavado, restauración de los ornamentos centrales, reparación y cambios de las cañerías de los picos de agua, la incorporación de dos bombas nuevas, pintura y reparación de la parte eléctrica, la Fuente de las Utopías renovó así su esplendor para deslumbrar a rosarinos, rosarinas y visitantes.
“Esta obra no está en el centro, está en el centro de la historia de Rosario, aquí nació nuestra ciudad”, referenció el intendente al evocar el emplazamiento y significado del conjunto ornamental en un sitio que marcó el devenir de Rosario a lo largo de más de un siglo como punto de encuentro para actos, luchas y grandes eventos populares. Y celebró la posibilidad del reencuentro con el arte y la cultura “después de un tiempo en que tuvimos que hacer todo al revés y postergar cosas como éstas”.
Finalmente y tras evocar al inmigrante italiano Carlos Righetti a quien se debe el legado y valor simbólico de la Fuente de las Utopías, Javkin citó al escritor Italo Calvino quien, en su célebre obra “Las ciudades invisibles”, advirtió que “las ciudades no son sólo sitio de trueque de objetos, sino sitio de trueque de sueños”.
Pasado y presente
La Fuente de las Utopías, al lado de la Antigua Aduana del Puerto de Rosario, en el extremo de la bajada Sargento Cabral, fue creada por Carlos Righetti y trasladada a este lugar en 2004.
Righetti, inmigrante italiano, se estableció en Rosario hacia fines del siglo XIX. Aprendió en Francia la técnica y la artesanía de la decoración, la yesería y el estuco. En Rosario, llevan su firma las fachadas de la Facultad de Medicina, la Jefatura de Policía hoy sede de Gobernación, el Jockey Club, el teatro El Círculo y el Palacio Fuentes, entre otros edificios emblemáticos de la ciudad.
“Righetti fue quien transformó una villa portuaria como era Rosario en los años 20, en una espectacular ciudad europea”, evocó el secretario de Cultura y Educación, Dante Taparelli, quien compartió junto al intendente el encuentro de reinauguración.
Una vez asentado en Rosario se asoció con los escultores Jerónimo Fontana (abuelo de Lucio Fontana), Gusella y Giovanni Staffieri (padre del prestigioso médico David Staffieri) y generaron el Gran Taller de Escultura y Yesería ‘La Helvética’, ubicado en España 757. Righetti fue el primer estucador que tuvo Rosario, es un tipo de pintura mural a la cera caliente que imita el mármol; él también preparaba las paredes que luego pintaban los artistas.
Las utopías de Righetti
La Fuente de las Utopías fue trasladada a la bajada Sargento Cabral desde la ex Rural. Conocida por algunos como la Fuente del Tritón, según cuenta Taparelli, en un principio estuvo en la casa familiar de los Righetti y dataría de los años 1923 o 1924.
“El pescador, que no es un tritón, capturó una sirena, tiene una red y anuncia su hallazgo con la caracola. Por eso le pensé como nombre la Fuente de las Utopías, alguien que anuncia algo imposible”, indicó Dante Taparelli y rememoró: “Le tiré la idea a Rubén Palumbo, en ese momento secretario de Planeamiento, la dibujó y la llevamos adelante. Mis amigos artistas me dieron con un caño, decían que era una basura, un cachivache, que era de cemento, nada más. Y la gente ve lo que es, no de qué está hecha. Al año siguiente de la inauguración fue tapa de la guía de Telecom y la fuente se transformó en un ícono de la ciudad”, recordó el titular de Cultura municipal.
“La fuente es un proyecto muy querido, la siento como propia. Le compramos las dos bombas que hacían falta para que vuelva a ser la fuente de aquellos tiempos felices que compartimos”, dijo Taparelli y marcó que originalmente era mucho más grande de lo que es ahora: “Tenía cuatro monjes gordos que orinaban en la fuente. Y cuando demolieron la casa, algunas personas se los llevaron, eso al menos me contó un vecino del lugar”.
La escultura fue reparada y puesta en valor por el equipo de la Dirección de Restauración del municipio e inaugurada en 2004 en la bajada Sargento Cabral, una de las calles más antiguas de Rosario.
“Es la Fuente de las Utopías, la fuente de los desafíos, que implica que la gente tenga sueños y el desafío es cumplirlos, depende de cada uno que se realicen”, cerró Taparelli.
El concierto para acompañar las utopías
El marco musical para el concurrido encuentro lo aportaron la soprano Ivana Ledesma junto al tenor Marco Rastelli y la pianista Laura Brunetti, quienes interpretaron reconocidas arias de ópera y algunas canzonetas italianas populares.
A ellos se sumó el cuarteto de cuerdas Áureo junto a Juanjo Caporali quienes tuvieron a cargo arreglos de canciones de Los Beatles para esa formación camarística. Fue un encuentro desde la música clásica con obras populares de todos los tiempos.