La investigación por la muerte de Juan Manuel Medina, el piloto de 46 años que el viernes pasado se estrelló a bordo de una aeronave sobre la empresa Air Liquide, continúa en una etapa preliminar. Mientras se esperan avances en la toma de testimonios a sus allegados, la firma afectada por el siniestro inició la semana normalmente con sus puertas abiertas.
Trascendió que Medina, de 46 años, había sido empleado de Air Liquide y desvinculado semanas atrás. Este viernes, según trascendió, despegó a las 11.50 desde el Aeroclub Rosario, ubicado en Alvear. Tenía «una experiencia considerable» para pilotear este tipo de aeronaves con alrededor de 400 horas de vuelo, según señaló un instructor que conoció a la víctima. Poco tiempo después, testigos observaron esa aeronave sobrevolar en círculos en torno a la fábrica Air Liquide y luego se precipitó sobre un depósito de envasado de distintos gases inflamables tales como oxígeno, hidrógeno y nitrógeno.
- La Junta Nacional del Transporte (JST) envió un investigador para realizar pericias del suceso aéreo. Recién dentro de una semana habrá un informe básico y en 30 días se conocerá el reporte preliminar para determinar la competencia de la investigación.
La Fiscalía no confirmó una teoría oficial, a la espera de reunir la mayor cantidad de testimonios. Mientras tanto, se fortalece la versión del atentado teniendo en cuenta que el hombre fallecido era piloto con horas de vuelo y destreza comprobada. La víctima fatal tenía mensajes en sus redes sociales sugestivos que podrían estar ligados a un posible atentado, acompañados de una imagen de una gran explosión en su estado de WhatsApp.
A las 9.39. según informaron, Medina subió en su estado de WhatsApp la imagen de una bomba explotando. A las 11.24, su selfie con la leyenda “A los grandes mentirosos”. A las 11.50, se subió a la nave. El hombre hizo una reserva de vuelo por una hora y debía llevarlo de regreso a las 12 del mediodía, algo que nunca ocurrió.

Datos preliminares del caso sostienen que el piloto alquiló la aeronave Cessna 152 en el aeroclub de la localidad de Alvear. Trascendió que tenía carnet para manejar avionetas, aunque no en zonas urbanas. Un instructor suyo en el pasado lo describió como “un piloto con más de 400 horas de vuelo” y del que no habían notado «conductas extrañas».
El avión se estrelló en el interior de la empresa Air Liquide. El piloto murió y por poco no fue una tragedia mucho mayor: se trata de una planta con elementos muy inflamables como oxígeno medicinal, nitrógeno e hidrógeno, que pudieron haber generado una gran explosión si la aeronave seguía hacia los grandes tubos de gas. Una columna que desvió el vuelo de la aeronave y el tanque de la avioneta que no explotó resultaron claves para evitar una tragedia mayúscula.
La planta de Air Liquide está ubicada en la zona oeste de Rosario, en Presidente Perón al 7600. Una zona tradicionalmente de industrias y depósitos. A metros, están las plantas de Tersuave y de Prinsley, una empresa dedicada a la venta y distribución de Gas Licuado.
Cristian Azula, subcomandante de Bomberos Voluntarios y jefe de la Brigada Provincial de Materiales Peligrosos, realizó una proyección en base a modelos matemáticos y el resultado fue un radio de 62 metros del estallido y una zona mínima de evacuación de 900 metros a la redonda: «Pudo ser peor de lo que vivimos en calle Salta, estaríamos trabajando hasta hoy mismo en esa situación».

En ese sentido, la simulación sólo tomo como variable lo que «el oxígeno habría podido provocar». «No es peligroso en sí pero podría aportar al fuego y a la explosión», siguió el especialista y enumeró: «El combustible y el aceite del avión, más la liberación del oxígeno al entorno y cualquier chispa hubiera provocado una explosión catastrófica».
La imagen, fruto de ese modelo, dibuja cuatro círculos que marcan los distintos impactos del eventual siniestro. El epicentro, de color rosa, es la explosión de 62 metros a la redonda (solo al contemplar el oxígeno, sin contar los otros gases). «El rojo abarca la proyección de escombros, material de los cilindros y los tanques que representan una amenaza directa para la vida de todas las personas que están alrededor, más la onda expansiva, de unos 250 metros a la redonda», dijo.
La zona naranja es «evacuación mínima que tendríamos que haber realizado, estaba todo prearmado en caso de que hubiera sido peor a lo que fue, con 900 metros a la redonda: sería lo ideal, el mínimo, tienen que salir porque corre riesgo su vida». El cuarto círculo amarillo se extiende a la zona de evacuación preferida o aconsejable. La proyección es en base a modelos matemáticos y activa «protocolos de trabajo que se vienen armando y entrenando, hace poco tuvimos el tercer encuentro y congreso internacional con Protección Civil y Bomberos Zapadores».
Para los especialistas, hubo dos factores que intervinieron para que el siniestro no pasara a mayores: una columna desvió el rumbo de la avioneta. Si eso no hubiera pasado, «la aeronave impactaba de lleno el el galpón». Además, el tanque de combustible de la avioneta, con capacidad para cargar unos cien litros, no explotó al momento de impactar.
Cuando los bomberos llegaron al lugar la planta de Air Liquide ya había sido evacuada, sólo quedaban una decena de empleados. En el ingreso al predio había unas 50 personas, entre empleados de la empresa, de otras empresas vecinas y curiosos.
Fuentes: Rosario3.com, Diario La Capital y Cadena3.