Delfín Zacarías, el supuesto narcotraficante detenido en el penal de Villa Devoto e implicado en una causa tras el allanamiento de una vivienda en Funes donde se descubrió una enorme cocina de cocaína, rompió el silencio. En diálogo con La Ocho, se defendió de las acusaciones y afirmó que fue “un chivo expiatorio”.
“No tengo ni para pagar un contador. Yo soy portador de apellido, el mega gimnasio es un galpón dividido para hacer canchitas de fútbol cinco”, expresó Zacarías.
“Denunciamos una extorsión y el fiscal Murray nos manda a investigar con las personas denunciadas”, dijo desde el penal de Villa Devoto el señalado como uno de los grandes narcotraficantes de la región.
Zacarías aseguró que tiene “los papeles para demostrar” que tiene “un negocio familiar”. “El hecho de que tenía antecedentes me jugó en contra… En 2000 me detuvieron por transporte de drogas”, admitió, además de señalar que no se encontraba en la casa de Funes al momento de la calle sino en la puerta junto al dueño de la finca, quien “desapareció”.