Newell’s sumó otra vez de a tres y eso es lo importante, dirá el hincha leproso. Sin embargo, para lo que viene de este torneo largo, el equipo del Tolo Gallego debería considerar la búsqueda de una línea de equilibrio que le permita manejar los partidos sin tanta ciclotimia. Como para conseguir mayor vuelo futbolístico a partir de un estado de tranquilidad que otorga un estilo de juego definido. Pero Newell’s ganó… y eso también importa.
Fue bastante pobre lo de Newell’s en la primera mitad. Impreciso, anestesiado, sin reacción ante la presión de un Sarmiento que le metió presión desde el primer segundo de partido y que fue el que más buscó para intentar quebrar la paridad. Y sin embargo, se llevó el premio mayor de ese parcial por ser más práctico. Llegó una vez y la aprovechó.
El verde de Junín tuvo mayor movilidad e inteligencia para ocupar los espacios, llegaba con más gente a la recuperación de la pelota y Newell’s no lograba hacer pie a partir de medio.
Así, en la lepra no aparecían ni Víctor Figueroa ni Alexis Castro para armar el fútbol leproso, Maxi estaba aislado y Nacho Scocco tampoco estaba abastecido. No había sorpresa de los laterales porque Sarmiento metía presión y mucha gente en ataque y había que estar alerta para evitar sorpresas.
Como si fuera poco, las imprecisiones en el traslado estuvieron a la orden del día.
Sarmiento mostraba sus armas a partir de la movilidad del Yacaré Núñez y de Nico Sánchez, la presencia en ataque de Tobías Figueroa y las soltadas de los laterales.
A los 12′ el local tuvo la más clara, cuando Tobías Figueroa aprovechó una fallida salida del fondo rojinegro y su remate final pegó en el travesaño y se fue. Cuatro minutos más tarde, un tiro libre desde la izquierda llevó susto al formarse un borbollón cerca de Ustari, peligro que despejó Cáceres.
Recién después de la media hora los de Gallego ensayaron una tibia reacción y trató de desplegar juego asociado, pero Sarmiento se plantaba bien atrás y neutralizaba todo lo que planteaba el rojinegro.
Sin profundidad, sin reacción, la primera etapa se iba diluyendo con el dominio del verde juninense, al que sólo le faltó mayor precisión en los metros finales.
Pero sobre el final, en una de esas jugadas que parecen traídas de otra película de fútbol, Nacho Scocco sacó un centro preciso para Alexis Nicolás Castro, quien metió un cabezazo potente y preciso para batir a Rigamonti.
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Sarmiento hizo el gasto pero la victoria parcial, pero por saber aprovechar la única jugada que tuvo, se quedó en el vestuario rojinegro.
Sin embargo, este Newell’s ciclotímico salió del vestuario con una postura distinta, como si se hubiera charlado mucho y aclarado algunas cosas. Es que cómo estaban planteadas las cosas, a pesar de la victoria parcial, el panorama podría complicarse.
Y sin embargo en 50 segundos Casco estuvo cerca del segundo con una mandada por derecha que se fue cerca del palo izquierdo. Y lo mejor era que tenía movilidad, aseguraba los pases, buscaba juego asociado.
Y tanto machacar sobre la mejoría, que a los 8′ llegó el gol ansiado, el del desahogo: tiro libre de Figueroa, bajada de Cáceres para Nacho y el goleador dormido que embocó después de mucho tiempo.
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Newell’s se confió en su mejoría y en un buen rendimiento colectivo. En algunos picos de rendimiento, como los de Maxi, Figueroa, el propio Cáceres y en un Scocco que había cortado la mufa goleadora.
Sin embargo, Sarmiento -que había mostrado la imagen inversa y había cedido todo- sacó a relucir su espíritu y se expuso a descontar. Pero fue, una y otra vez.
Sobre la media hora Newell’s volvió a calzarse un ambiguo traje futbolístico. Pasaba de ser dominador claro a ceder pelota y terreno y apostar a la contra.
Y a los 33′, Cáceres cometió un ingenuo penal que el Yacaré Núñez tradujo en descuento y Newell’s comenzó a sufrir un poco más.
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Lo tuvo Maxi a los 38′ -con una gran habilitación de Scocco- cuando la picó sobre la salida de Rigamonti pero su remate final se fue apenas largo.
Newell’s sufrió porque tuvo altibajos muy marcados. Porque mostró una gran paidez futbolística en la primera mitad, porque reaccionó sensiblemente desde el arranque del complemento y porque terminó padeciendo. Ganó y es lo importante. Pero que el árbol no tape el bosque sería la mejor figura a emplear en este presente del equipo del Tolo Gallego.
Fuente: Diario La Capital