En el día del debut en el torneo y del bautismo de fuego del Chacho Coudet en el banco, Central metió un pleno en su visita a Avellaneda donde le ganó a Racing, el último campeón, por 1-0 y arrancó el campeonato con el pie derecho y con el ánimo por las nubes. Es que más allá de la buena definición de Franco Cervi, tras una muy mala salida de Saja, que le dio el triunfo por 1-0, los canallas mostraron algunos aspectos positivos de lo que pretende su entrenador.
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Y si bien no se puede ser determinante ni concluyente, por tratarse del primer partido, la victoria la edificó jugando bien por momentos y ante un equipo que sabe a qué juega, que le metió mucha presión, que tiene mucha experiencia y que se conoce muy bien, por haber no solo jugado todo el torneo pasado junto sino por haberse quedado con el título en el último campeonato. Sin embargo y pese a estar en formación, Central supo contrarestar ese mayor experiencia de los albicelestes y sacar provecho con sus armas.
En el arranque, Racing manejaba el balón y el desarrollo del partido, ante un Central que esperaba un poco, y metía presión para recuperar en el medio y tratar de salir rápido con un Ruben veloz y muy activo.
A los 4 minutos una vaivada de Franco Cervi le dio la ventaja al canalla. Se cumplían 3 minutos cuando los carteles del estadio indicaban el récord del Chino Saja de 587 minutos sin recibir goles. Pero en esa misma jugada, el Chino salió mal con el pie desde el arco, el balón lo capturó Barrientos y le quedó a Cervi que le dio como venía y la metió por encima del arquero de la Academia para poner arriba al canalla.
Luego de eso, la Academia metió mucha presión y mucha dinámica, ante un canalla que trataba de esperar y salir rápido.
Por entonces, Racing buscaba, pero no podía prosperar en ataque ante un equipo canalla que estaba bien parado en el fondo.
Con el correr de los minutos, Racing siguió buscando, sin el frenético ritmo del inicio, pero con mucho ímpetu y sin claridad, mientras que el canalla se fue acomodando cada vez más al trámite, aunque se fue cargando de amarillas por que la presión en algunos casos les hizo llegar a destiempo. Pero esa presión, sumada a la recuperación que conllevaba eso fueron puntos altos de un equipo que pese a jugar con un solo cinco (Musto) hacía un buen trabajo de contención.
Para que el libreto fuese más efectivo le faltó un poco más de presencia en el área rival y terminar mejor las jugadas, como en una contra de Jonás Aguirre, que no lo vio entrar a Ruben solo por el medio.
La etapa terminó con un Central más entero y con la presión de Racing que se fue diluyendo con el correr de los minutos.
El arranque del complemento se dio como era de imaginar con un Racing que salió con todo a buscar el empate. Pero la primera jugada de gol la tuvo el canalla, cuando Cervi manejó una contra y le metió un pase en cortada, y profundo, para Fernández, que alcanzó a conectar de derecha ante la rápida salida de Saja, que rechazó con las piernas una jugada de gol.
Con Videla como estandarte, Racing empezó a crecer en el medio, a manejar mucho más la pelota y a meter mucha presión en todos los sectores, tratando de llevar por delante a Central, que esperaba ordenado pero que ya no tenía la intensidad del primer tiempo y apostaba a alguna contra, sobre todo por el lado de Cervi, que cada vez que encaraba, ganaba por su sector.
A esa altura, Racing ya había crecido y mucho en el manejo del balón y se aproximaba con peligro al arco defendido por Caranta.
Sin embargo, no tuvo muchas chances para igualar, más allá de un remate de lejos de Gustavo Bou y un remate de Acuña, con destino de red, que tapó bien Caranta.
Por entonces, Central estaba más preocupado por contener los embates de la Academia que por arrimarse al arco de Saja. Un dato que quedó muy claro luego de que Montoya ingresara por el chico Cervi y que quedara expuesto en los hechos, puesto que solo tuvo un par de aproximaciones.
Pasó el primer examen y tanto Central como Coudet sacaron largamente un aprobado en Avellaneda, no sólo por haberse quedado con la victoria, que le permite encarar el futuro inmediato con un envión inmejorable, sino porque -en su primera puesta en escena- dejó una imagen sólida y convincente.