Rosario se prepara para una jornada cargada de emoción, compromiso cívico y celebración popular. Como cada 20 de junio, la ciudad se convierte en el epicentro nacional de los homenajes por el Día de la Bandera. Esta vez, sin embargo, el presidente Javier Milei no estará en el acto oficial frente al Monumento Nacional, donde hace apenas un año compartió escenario con las autoridades locales y provinciales.
A diferencia de 2024, el presidente Javier Milei no estará presente. Su ausencia fue confirmada por Casa Rosada. Este año, el mandatario participará de una ceremonia propia en el Campo Argentino de Polo, en el barrio porteño de Palermo, donde se llevará a cabo el acto de jura a la bandera con presencia de su gabinete.
En Rosario, el acto oficial comenzará a las 10 de la mañana, con la presencia del gobernador Maximiliano Pullaro y el intendente Pablo Javkin. Aunque se especulaba con la presencia de Patricia Bullrich como representante nacional, finalmente la ministra de Seguridad estará en la ciudad para un acto partidario pero no asistirá a la ceremonia rosarina del 20J.
Más de 30 mil estudiantes de cuarto grado de todo el país renovarán su promesa a la bandera en el Patio Cívico, en una ceremonia que reafirma el compromiso con los símbolos patrios. Pero la celebración no termina allí. Desde las 8.30, el Parque Nacional a la Bandera se transformará en una fiesta popular, con feria de emprendedores, gastronomía típica, concurso internacional de asadores a la estaca, espacios para las infancias y espectáculos musicales en dos escenarios. Entre los artistas destacados: Coti Sorokin, Santiago Motorizado, Antonio Tarragó Ros, Los Campedrinos y La Vanidosa. Además, el artista Martín Ron presentará un nuevo mural en el Pasaje Juramento.
Los festejos comenzaron el martes con las primeras jornadas de Promesa a la Bandera y continuarán hasta el domingo con una nutrida agenda cultural que incluye teatro, ferias, actividades infantiles, exposiciones y la tradicional Maratón Internacional de la Bandera.
La ciudad vive esta fecha con un peso histórico y emocional particular. No es un feriado más. Es una tradición viva, que pone en valor la identidad nacional desde el lugar exacto donde nació la bandera argentina. Por eso, la ausencia del presidente no pasa inadvertida. Rosario, sin embargo, celebra igual. Fiel a su estilo: con memoria, con alegría, y con una bandera que flamea alto.