Luego del ataque armado contra colectivos que trasladaban personal del Servicio Penitenciario de la provincia en la zona norte de Rosario, el gobernador Maximiliano Pullaro y su ministro de Seguridad, Pablo Cococcioni, difundieron imágenes de presos con el mensaje “Cada vez la van a pasar peor”.
“Tenemos un plan de Seguridad, sabemos cómo llevarlo adelante y estamos trabajando para eso. Desde las cárceles salen las órdenes para hacerle la vida imposible a los santafesinos. Se terminó el tiempo de home office liberado, sin control y con empleados penitenciarios que eran apercibidos si molestaban a los presos”, apuntaron.
“No vamos a retroceder ante las amenazas. Tenemos el mandato del pueblo santafesino para restaurar la tranquilidad de los vecinos. Los presos están presos, no vamos a aceptar ninguna extorsión y si no lo entienden, cada vez la van a pasar peor”, concluyó la publicación con fotos de internos esposados y reunidos en espacios comunes de la prisión .
- Luego del ataque al micro del SPSF, el ministro de Seguridad provincial Pablo Cococcioni había adelantado medidas para endurecer las condiciones de detención para los reclusos de alto perfil, incluida la reducción de la frecuencia de visitas y la suspensión para aquellos con nuevas causas.
El pasado sábado después del mediodía se realizó una requisa sorpresiva en pabellones de la Unidad Penitenciaria nº 11 de Piñero, que estuvo a cargo de los Grupos Tácticos Especiales. Las tareas se concentraron en los pabellones 7 y 9 y del 25 al 29, y en la oportunidad se secuestraron elementos cortopunzantes, celulares y chips que fueron puestos a disposición de la Justicia para su peritaje.
Estos operativos se realizan de manera aleatoria en todas las unidades, sin horarios ni días definidos. “El objetivo es ajustar el control formando un segundo anillo de inspección sobre los presos considerados de alto perfil. Estos son aquellos internos que están sospechados o sindicados de ordenar delitos desde las cárceles”, remarcaron desde el Ministerio de Seguridad provincial.
“Desde que inició la actual gestión, se retiraron 1200 presos de comisarías y se alojaron en el Servicio Penitenciario, se reacomodaron a los reclusos de alto perfil en pabellones de mayor seguridad y se les restringió la visita. En algunos casos reciben a sus familiares con un blíndex de por medio. Estos movimientos permitieron no solo ajustar los controles, si no también aumentar el personal policial en calle ya que los efectivos que estaban cuidando detenidos en las seccionales, pudieron volver al patrullaje”, remarcaron.