Jonathan Andrés Camino, uno de los hijos de Roberto «Pimpi» Camino, quien fuera jefe de la barra brava de Newell’s y fue asesinado en noviembre de 2011, fue sobreseído en la causa por el asesinato a balazos de Sebastián Galimany el 19 de enero de 2009 en Grandoli y Olegario Víctor Andrade.
La decisión fue tomada por la Cámara de Apelaciones en los Penal Sala II, que integran los magistrados Ramón Ríos, Adolfo Prunotto Laborde y Alfredo Ivaldi Artacho, al comprobarse que Camino, a quien apodan «Chamí» y cometió el crimen siendo menor, ha logrado su reinserción social, al casarse, tener un hijo y un trabajo estable.
Galimany fue atacado a balazos cuando iba a buscar una moto chocada a un caserío ubicado en Grandoli al 4.900, en compañía de Facundo Simois, de 21 años. Ambos recibieron impactos de bala que les provocaron heridas de consideración. Chamí Camino, uno de los autores de los disparos, tenía 17 años.
Un año más tarde Camino, quien se encontraba prófugo, fue detenido en el barrio Ibarra de Villa Gobernador Gálvez. Por el crimen fue hallado culpable por la jueza de menores Gabriela Sansó, quien también lo responsabilizó por haber causado lesiones graves agravados por el uso de arma de fuego en el mismo caso.
La jueza de Menores, María Dolores Aguirre Guarrochena, llevó adelante el seguimiento del caso de Camino, quien estuvo recluido en el penal de Piñero y luego, en libertad vigilada, contrajo matrimonio, tuvo un hijo y consiguió trabajo. Su comportamiento le valió la revisión del caso y el sobreseimiento de la Cámara de Apelaciones en lo Penal.
Fuente: Diario La Capital.