Un hombre de unos 70 años fue asesinado a puñaladas este sábado aparentemente dentro del lugar donde vivía, una fábrica abandonada en la zona oeste a la que la Policía debió ingresar por la fuerza.
Personal de la División Homicidios tomó conocimiento del hecho este sábado a las 7 de la mañana cuando el fiscal a cargo solicitó que acudieran a un domicilio con entrada por Castellanos al 2300. Los policías llegaron al lugar, una fábrica abandonada, a la que debieron ingresar violentando el portón de ingreso dado que nadie respondía.
Al irrumpir hallaron el cuerpo de la víctima tendida en un piso del patio junto a un vehículo. La Policía advirtió que había manchas de sangre en el picaporte. Fueron secuestrados dos cuchillos, uno tipo tramontina de mango negro con sangre y en el acta se hizo constar que en la hoja del cuchillo había pegado un cabello de color blanco. Al analizar la mecánica del crimen el forense interviniente señaló que en el ataque se utilizó más de un arma.
Según reportaron las fuerzas actuantes, la vivienda es un predio de cerca de media manzana sin iluminación artificial, con vegetación, desorden y acumulación de objetos. Al tomar intervención el fiscal Gastón Ávila estableció que era una fábrica que había cerrado y que luego de su clausura quedó viviendo allí un hombre que tenía buen trato con sus vecinos.
Había sido visto por última vez el miércoles, según dijeron, y se preocuparon al no advertir movimientos por la entrada de calle Castellanos cuando el ocupante de la fábrica, que vivía en una especie de tapera en el interior, solía hacerse ver a diario. El predio tiene otro ingreso por calle Viamonte.
La persona fallecida no había sido identificada formalmente, pero los vecinos, que llamaron al 911, señalaron que se llamaba Carlos G. Vivía en condiciones muy humildes y tenía algunos animales como aves en jaula y también perros.