Un joven fue ejecutado de un tiro dentro de una casa ubicada en Juan B. Justo al 8600, en la zona noroeste de Rosario. El cuerpo estaba atado a una silla, amordazado y presentaba una herida de arma de fuego en la cabeza. El crimen ocurrió en la madrugada de este lunes dentro de un pasillo en una casa abandonada que está situada frente a un sindicado kiosco de drogas, según informó en conferencia de prensa el fiscal Adrián Spelta, a cargo de la investigación.
“El fallecido tiene 23 años y era conocido del barrio. Tiene un disparo en la cabeza. El apodo era ‘Paraguayo’, que podría ser por su nacionalidad. Él no vivía acá, transitaba por todo el barrio. Acá, tuvo un conflicto con personas que viven en el domicilio de enfrente, que sería usado como un búnker de droga”, enfatizó Spelta sobre la víctima, identificada como Brian Jiménez.
“El lugar donde está el cuerpo no es dentro del búnker. Está enfrente. Es una casa abandonada en el mismo pasillo. Donde estaban las personas que serían las agresoras es donde se vendían estupefacientes”, amplió. El fiscal explicó que el cuerpo estaba maniatado “con un cable coaxil” y que en la boca tenía “un trozo de tela que corresponde a una cortina”.
Con este hecho, en el Departamento Rosario se acumulan 223 homicidios dolosos en lo que va del año, según datos del Observatorio de Seguridad Pública.
A pocos metros de la casa donde fue el crimen se registró una violenta entradera este lunes por la mañana. La víctima, una mujer de 31 años, relató haber sido despertada por un grupo de ladrones que la golpearon y se llevaron 200 mil pesos. “Son dos hechos diferentes, en uno intervengo yo y en el otro la fiscalía de Flagrancia”, aclaró Spelta.
Un conflicto de venta de drogas y usurpación de viviendas asoma detrás de una de las hipótesis del asesinato. En el lugar se habían reunido vecinos y vecinas de la zona entre acusaciones por narcotráfico en el barrio, amenazas, tiros a diario, denuncias en vano y víctimas por el camino.