El hombre acusado, junto a su esposa, de asesinar, desmembrar y tirar sus restos al Arroyo Saladillo los restos de una mujer en 2020 fue condenado este lunes a 20 años de prisión. Se trata de Marcelo Alberto Fernández, de 45 años, hallado responsable de los hechos que tuvieron como víctima a María Isabel Ruglio, de 73 años, una docente jubilada a la que presuntamente cuidaba a cambio de su cuidado.
En la audiencia desarrollada en el Centro de Justicia Penal de Rosario los jueces de Primera Instancia López Quintana, Chiabrera y Suárez resolvieron homologar el procedimiento abreviado presentado por la Fiscalía representada por el fiscal Adrián Spelta de la Unidad de Homicidios Dolosos, aceptado por la defensa, condenando a Marcelo Alberto Fernández de 45 años a la pena de 20 años de prisión efectiva por el delito de Homicidio Simple.
- La Fiscalía le atribuyó a Fernández el hecho ocurrido entre los días 6 y 7 de febrero de 2020, habiendo causado el fallecimiento de la víctima María Isabel Ruglio. Seguidamente el condenado procedió a desmembrarla en siete partes, utilizando para ellos elementos cortantes, para luego colocarlas en distintas bolsas de nylon color negro y arrojarlas al Arroyo Saladillo a la altura del Parque Regional Sur.
- La macabra situación se dio en el domicilio de calle Uriburu al 500 de Rosario, teniendo como finalidad quedarse con la vivienda de la jubilada, en la que el condenado se encontraba viviendo circunstancialmente con su mujer a cambio de su cuidado.
Durante una audiencia realizada este lunes, el hombre que vivía con ella admitió que la descuartizó, pero descartaron que el crimen haya sido cometido para quedarse con la casa.
El fiscal Spelta y la defensa acordaron la pena para Fernández a partir de un cambio de calificación legal del episodio. El inquilino de la víctima aceptó su responsabilidad como autor de homicidio simple.
En el inicio de la investigación, el hombre de 45 años y a su esposa Josefa Richarte Carrasco fueron imputados por el mismo delito, pero calificado por codicia. La hipótesis entonces era que mataron a Ruglio para quedarse con su casa en Uriburu 522, pero el funcionario judicial aclaró que “se pudo descartar un interés económico” como motivo del crimen.
Inicialmente, Fernández y su pareja corrían riesgo de ser condenados a prisión perpetua por el asesinato. Sin embargo, el cambio de calificación legal y el acuerdo con el MPA le permitió al primero acceder a una pena menos gravosa. Actualmente lleva más de dos años privado de su libertad.
Crimen y horror
Durante una audiencia realizada este lunes, los jueces Gonzalo López Quintana, María Trinidad Chiabrera y José Luis Suárez homologaron el procedimiento abreviado para condenar a una de las personas que vivía con Ruglio hasta que la mataron. Richarte, en cambio, sigue imputada y detenida.
De acuerdo a la investigación del MPA, Fernández asesinó a la jubilada durante una discusión que tuvo con ella entre el 6 y el 7 de febrero de 2020. Después del crimen, cortó el cuerpo en siete pedazos y lo metió en bolsas de consorcio. Las piezas fueron halladas desde el lunes 10 de febrero de ese año en el Arroyo Saladillo, a la altura del Parque Regional Sur y en otros sectores.
Para constatar cómo mataron a la víctima, los investigadores usaron perros rastreadores en la vivienda. Allí también dio positivo el test de luminol para detectar manchas de sangre como evidencia del descuartizamiento.