Marcelo Molina, de 42 años, desapareció el 3 de enero en Roldán. Según la Fiscalía, fue asesinado ese mismo día, su cuerpo incinerado y descartado en un contenedor de basura que luego fue llevado al relleno sanitario de Pérez, donde no se encontró. Por el crimen, una mujer con un vínculo ocasional con la víctima, su hija y un hombre fueron imputados este martes por homicidio calificado y robo simple. La jueza Silvia Castelli dictó prisión preventiva para los tres acusados.
Reconstrucción del hecho
El fiscal Adrián Spelta detalló que el 3 de enero Molina dejó a su hermana en el trabajo en la zona de Gálvez y Ruta A012, momento en que los acusados comenzaron a seguirlo. Minutos después, lo asesinaron y llevaron su cuerpo al domicilio de la víctima en Roldán, de donde robaron electrodomésticos, herramientas y documentos.
Esa misma noche, los imputados transportaron el cadáver en la camioneta de Molina, escoltados por una moto también suya, hasta un predio en el kilómetro 308 de la autopista Rosario-Córdoba, donde lo incineraron. Los restos fueron arrojados a un contenedor que luego una empresa de limpieza trasladó al relleno sanitario.
Pruebas y confesión
El seguimiento de los acusados quedó registrado en cámaras de seguridad. Según Spelta, Jonatan Cristian Kieffel confesó haber participado y buscó exculpar a las otras dos imputadas, Cintia Marilin Coronel y su sobrina Romina. Sin embargo, las evidencias las implican directamente.
Los tres continuaron utilizando pertenencias de Molina hasta el 5 de enero, cuando, tras almorzar en la zona del río Monje, arrojaron al agua la carabina utilizada en el crimen, el celular y otros documentos. La carabina fue recuperada porque flotó. Kieffel afirmó que el motivo del homicidio habría sido un supuesto abuso por parte de Molina hacia Romina, aunque la Fiscalía sigue investigando posibles agravantes en el caso.