Central fue demasiado para un Gimnasia de La Plata desdibujado y lo goleó 3-0 en el estadio Juan Carmelo Zerillo, en un partido con dominio absoluto del Canalla, polémicas incluidas y margen para un resultado más amplio. El equipo de Ariel Holan golpeó de entrada, mostró jerarquía en cada línea y dejó en claro que pretende luchar entre los mejores del Clausura. Lo negativo: Carlos Quintana, uno de los pilares de la defensa canalla, debió salir en camilla tras un duro golpe y una torcedura de tobillo en la caída y encendió las alarmas.
El primer golpe llegó rápido: a los tres minutos, Alejo Véliz aprovechó una asistencia de Enzo Copetti tras una gran maniobra individual de Ángel Di María y abrió el marcador en un gran anticipo. Ese tanto temprano marcó el rumbo de un encuentro en el que Gimnasia jamás se recuperó: en toda la primera parte no remató al arco y se fue al descanso bajo una lluvia de silbidos de su gente.
El arquero Nelson Insfrán se volvió uno de los pilares para sostener la diferencia al mínimo. La visita generó peligro hasta tres veces en una misma jugada y el colombiano Jaminton Campaz mostró nuevamente destellos de su perfil electrizante en ataque. Di María conductor y un frente de ataque combinando también desde el fino pie izquierdo de Ignacio Malcorra. Pero sin liquidar.
De arranque reaccionó el Lobo, con cambios y otra cara. Sin embargo, a los 16 minutos, Fabricio Corbalán se fue expulsado por doble amarilla y dejó al local con diez jugadores. Enseguida, un gol de Jeremías Merlo que hubiese significado el empate fue anulado por una supuesta falta en ataque. La decisión de Fernando Echenique desató la bronca en las tribunas y encendió la polémica de la tarde.
Con Gimnasia golpeado anímicamente, Central desperdició algunas ocasiones frente al desorden de la defensa y lo liquidó en el tramo final. Entró bien Gio Cantizano y por momentos el trámite pareció un entrenamiento. A los 37 minutos, recién ingresado, Enzo Giménez amplió la diferencia de cabeza en su primera intervención tras un corner de Fideo. Y poco después, el propio Di María coronó su gran partido con un golazo para el 3-0 definitivo. Eligió no festejar y levantó la mano hacia la hinchada tripera, en un gesto de respeto tras el buen recibimiento que le habían brindado.
El resultado pudo ser aún más abultado: a Véliz le anularon otro gol por offside en el cierre del encuentro. Central generó situaciones como para golear con más amplitud, mientras que Gimnasia se hundió en la intrascendencia, sin ideas ni rebeldía.
Con esta victoria, el Canalla mantiene su invicto en el Clausura, se afianza en zona de clasificación y transmite una sensación de solidez que lo proyecta como serio candidato. El Lobo, en cambio, se fue entre chiflidos y con la certeza de que deberá reaccionar rápido para no complicar aún más su futuro.