Central volvió al triunfo este sábado con un ajustado 1-0 sobre Talleres en el Gigante de Arroyito. En un duelo válido por la fecha 17 de la Liga Profesional de Fútbol, el Canalla fue superior en la primera etapa y se puso en ventaja a través de un gol de Alan Marinelli, pero en la recta final del partido se quedó y la T lo tuvo contra las cuerdas.
En uno de sus primeros avances, Central abrió el partido. A los 14 minutos, Lautaro Blanco se proyectó al ataque por la izquierda, levantó la cabeza y metió el centro. Ignacio Malcorra anticipó de cabeza, el arquero Guido Herrera logró sacar la pelota y Marinelli aprovechó el rebote para empujarla con la frente al gol.
El local pasó un sacudón en los primeros minutos con un cabezazo de Valoyes que Servio llegó a desviar y pegó en el travesaño, antes del primer grito de la tarde, pero después se acomodó en la cancha, empezó a jugar con la pelota y aprovechó las facilidades que le dio Talleres.
El equipo cordobés se agrupó en su campo y apostó a cortar y salir de contraataque con rapidez. Esa postura le dio ciertas libertades a Central para trabajar en la circulación y acelerar cuando abría espacios: a Talleres el arco auriazul le quedó lejos y a la hora de defender se mostró muy vulnerable.
En esa tarea, otra vez, fue decisivo el tándem Malcorra-Blanco por la banda izquierda. En su juego, movilidad e inteligencia el Canalla encontró la llave del partido. Entre los dos se las ingeniaron para desordenar a la T y crear las opciones más claras de cara al arco rival.
El mediocampista hasta tuvo su chance con un potente remate de zurda desde fuera del área y entrando por el medio que salió besando el palo. Y el lateral, en una acción parecida a la del primer gol, habilitó con un centro a Alejo Veliz, que conectó de cabeza y se encontró con una gran respuesta de Herrera.
Abajo en el marcador y sin respuestas futbolísticas, el equipo de Pedro Caixinha se cargó de obligaciones para el resto del juego y peleó todo el tiempo contra sus propias frustraciones. Todo lo contrario le pasó al Canalla. La ventaja le inyectó tranquilidad y templanza para administrar los minutos.
No obstante, ese horizonte despejado se nubló en la parte final del encuentro, cuando los de Carlos Tevez bajaron la intensidad y la visita, con el último resto que le quedaba, fue a la carga en busca de un empate que todavía tenía a solo un gol de diferencia.
Por eso, ya en el complemento los roles se invirtieron. El equipo del Apache jugó unos metros más atrás y apostó a responder de contra cuando la T perdía la pelota en intención de ataque. Contó con algunas llegadas, pero no pudo concretar y la diferencia le quedó corta. Por eso los cordobeses mantenían una tenue luz de esperanza.
Todos los corazones se pararon en Arroyito a los 20 del segundo tiempo: Pizzini convirtió el empate para la T y parecía que todo lo construido se derrumbaba, pero llegó el rápido aviso del VAR y el árbitro Fernando Rapallini lo anuló porque había cinco futbolistas en posición adelantada.
Central, Tevez y todo el Gigante respiraron aliviados, aunque el sufrimiento se estiró hasta el final del partido porque Talleres fue a buscar el empate con decisión y lo lastimó. El Canalla terminó defendiendo con mucha gente y como pudo, desordenado y lejos del rendimiento que alcanzó en la primera parte.