Un gavilán rescatado fue liberado en Plaza San Martín como parte del plan integral de control de palomas en Rosario. La medida, impulsada en conjunto por la Municipalidad y el gobierno provincial, retoma experiencias previas de uso de aves rapaces en la ciudad, como la cetrería aplicada en el Aeropuerto Internacional de Fisherton.
La escena se produjo este jueves 11 de septiembre al mediodía en pleno centro de Rosario. Allí, un ejemplar hembra de Taguató o Gavilán Común (Rupornis magnirostris) recuperó su libertad tras haber pasado por un proceso de rehabilitación en el Centro de Rescate, Investigación e Interpretación de Fauna La Esmeralda, dependiente del Ministerio de Ambiente de Santa Fe. El ave había ingresado con golpes compatibles con disparos de gomera y un cuadro de malnutrición que le impedía volar con normalidad. Tras meses de cuidados clínicos y de readaptación, especialistas confirmaron que estaba lista para regresar a su entorno natural.
El secretario de Ambiente y Espacio Público municipal, Luciano Marelli, explicó que la acción tiene un doble objetivo: “Por un lado liberar a un ave que había sido lastimada y que pudo recuperarse, y por otro incorporar un método natural de control de palomas en el centro de la ciudad”. Según detalló, el municipio viene aplicando anticonceptivos aprobados por Senasa, repelentes y palomares ecológicos, y ahora suma un ave rapaz para potenciar el control biológico.
El Taguató es una especie común en la provincia, con un radio de acción de hasta dos kilómetros. Su sola presencia funciona como disuasivo: además de cazar palomas y pequeños roedores, emite silbidos que alteran el comportamiento de otras aves en la zona. “No es una solución definitiva, pero sí un paliativo importante que ayuda a reducir la densidad poblacional en los sectores más críticos, como el casco histórico”, puntualizó Alejandro Luciani, secretario provincial de Biodiversidad.
Un antecedente en Fisherton
El uso de aves rapaces para mitigar la proliferación de palomas y otras especies no es nuevo en Rosario. Desde 2023, el Aeropuerto Internacional Islas Malvinas de Fisherton incorporó al águila de Harris “Murdock” y al halcón peregrino “Katana”, más tarde sumados por otra hembra de Harris, “Charlie”. Bajo la modalidad de cetrería, estas aves son entrenadas para patrullar el espacio aéreo de la terminal y disuadir a bandadas que pueden poner en riesgo la seguridad de los vuelos.
La experiencia aeroportuaria mostró la eficacia del método: no se trata de cazar, sino de marcar territorio para que las palomas eviten la zona. En el caso de la Plaza San Martín, la estrategia difiere: se trata de un ave rescatada que regresa a la naturaleza y, al mismo tiempo, actúa como control biológico de la población en el centro rosarino.
Un plan integral
La liberación del gavilán se enmarca dentro de un plan más amplio que combina acciones biológicas, tecnológicas y de higiene urbana. Entre ellas:
- Distribución de alimento con anticonceptivo en 17 espacios públicos.
- Colocación de repelentes en áreas críticas.
- Instalación de palomares ecológicos en Parque Independencia y zonas céntricas.
- Hidrolavado y limpieza periódica de veredas y contenedores.
- Monitoreo constante de edificios públicos para controlar la presencia de palomas.
Con la incorporación de aves rapaces tanto en el aeropuerto como en espacios públicos céntricos, Rosario avanza en un enfoque de control sustentable, buscando reducir la proliferación de palomas sin recurrir a métodos químicos ni letales, y reforzando al mismo tiempo la biodiversidad urbana.
