Sus tiempos de adaptación no son como los del resto de los futbolistas. En apenas unos minutos, Lionel Messi se filtró entre los titulares de Barcelona y no pasó desapercibido, pues convirtió un doblete para el contundente triunfo del elenco de Gerardo Martino sobre Getafe por 4-0, en los octavos de final de la Copa del Rey.
Y su vuelta ilusiona a todos los argentinos. En el año del Mundial de Brasil 2014, el rosarino ingresó a los 18 minutos del complemento cuando se equipo ya se imponía por 2-0 con goles de Cesc Fàbregas y amplió el resultado.
Tras 59 días sin actividad por un desgarro, Messi jugó otra vez de manera oficial en Barcelona y fue protagonista: en el primero de sus tantos mostró su faceta de oportunista y aprovechó un rebote más un desvío para convertir.
Pero se guardó lo mejor para el final. Hizo una jugada personal en velocidad y definió al ángulo para sellar el 4-0 definitivo y ser el hombre de la noche en el Camp Nou, que lo recibió con aplausos y lo despidió con una estruendosa ovación.
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