Newell’s terminó pagando muy caro su falta de precisión y de puntería anoche en el Coloso. Es que pese a hacer las cosas mucho mejor en la primera etapa, donde fue muy superior a Vélez y tuvo varias chances, se terminó quedando con las manos vacías y complicando mucho sus chances de avanzar en la Copa Libertadores, puesto que ahora deberá buscar el triunfo dentro de quince días en Liniers, cuando jueguen la revancha.
El 1-0 fue un castigo excesivo para el que mejor hizo las cosas a lo largo de los 90 minutos, más allá de que no tuvo puntería o le faltó precisión en los metros finales para plasmar en el resultado lo que mereció en el trámite. Mientras que para Vélez fue un premio desmedido, puesto que si bien cambió la actitud en el complemento y fue más ambicioso que en el apático primer tiempo, hizo un culto de la eficacia, puesto que en la primera ocasión que tuvo en el partido no perdonó.
Entonces esa ambición y el adelantamiento que había mostrado en el inicio del complemento fue trocando por una actitud más cautelosa para preservar la ventaja conseguida, ante un Newell’s que si bien fue y buscó por todos los medios, nunca encontró la claridad ni el fútbol necesario para vulnerar a un Vélez prolijo en defensa y que sacó a relucir su oficio en estos partidos.
De todos modos, los dos remates en el travesaño de Pablo Pérez y Scocco y la pelota que sacó Emiliano Papa en la línea, tras un cabezazo de Pérez, y un remate de Tonso en el final que tapó bien Sosa, y un bombazo de Nacho, que se fue apenas en el final, son una muestra clara de la superioridad que exhibió el equipo leproso, sobre todo en la primera etapa, aunque con eso no le alcanzó ni siquiera para igualar.
Scocco no estuvo tan abastecido como en la primer etapa y casi no pesó, más allá de su siempre inquietante presencia, mientras que a sus compañeros le costó sobrepasar la férrea línea defensiva que armó el Fortín, de mitad de cancha para atrás.
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En una de las pocas, sino la única, que tuvo Vélez, apareció la figura del habíl Federico Insúa para asistir al juvenil Agustín Allione, quien eludió a Gabriel Heinze y definió potente para la estéril reacción del cuestionado Peratta.
Los ingresos de Tonso y Urruti para acompañar a Scocco en ofensiva tampoco fueron solución, puesto que el problema estaba en la generación del juego. Un ítem que ni siquiera el ingreso tardío de Bernardi, allá por los 80′, puedo disimular.
No obstante, y más allá de estas dudas futbolísticas, la derrota fue un duro csatigo para Newell’s, que fue el que mejor hizo las cosas a lo largo de los 90 minutos, y el que sin embargo se quedó con las manos vacías y una sensación de desencanto e insatisfacción por una derrota que le pone un manto de dudas a sus chances de pasar de fase en la Copa Libertadores, su gran obsesión.
Fuente: Diario La Capital.