El Gigante de Arroyito dejó de ser invencible. En su casa, Rosario Central cayó frente a San Lorenzo y la cantidad de derrotas comienza a preocupar. Fue 2-0 para el elenco de Juan Antonio Pizzi, que aprovechó sus oportunidades de la mano de Martín Cauteruccio (luego se retiró lesionado) y Héctor Villalba. Este segundo gol fue con polémica, ya que la jugada se originó luego de que Fernando Elizari le birlara el balón a Paulo Ferrari segundos después de reingresar con permiso del árbitro Germán Delfino.
En el comienzo del juego, parecía ser que el local imponía su fuerza de la mano del uruguayo Sebastián Abreu y Franco Niell; de hecho, la primera acción clara del partido fue del Loco, quien la picó sobre la figura de Sebastián Torrico y se le fue unos centímetros arriba.
Pero la velocidad de contraataque de San Lorenzo fue letal para una defensa lenta, con zagueros como Franco Peppino y Alejandro Donatti, que en retroceso sufrieron frente a los enganches de Cauteruccio y la velocidad de los volantes azulgranas.
Un derechazo desviado de Nery Domínguez y un frentazo del pequeño Niell provocaron lo mejor de Central en la primera mitad, pero a los 26, a la salida de un corner, la visita pegó de contra: un bochazo largo de Elizari dejó al uruguayo Cauteruccio, quien se las ingenió para dejar en el camino a toda la defensa canalla y definir suave para dejar sin responsabilidades a Manuel García y marcar el primero.
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Minutos más tarde, el goleador ex Quilmes debió dejar el terreno de juego por lesión y cedió su lugar a Villalba, quien sería el encargado de sentenciar la suerte del encuentro en el Gigante de Arroyito. Sin ideas, Central seguía avanzando con centros para Abreu pero la mayoría de los intentos culminaban afuera o en las manos de Torrico.
El segundo tiempo llegó con la misma tendencia y San Lorenzo replegado. Los ingresos de Antonio Medina y Gonzalo Castillejos aportaron poco y nada al ataque auriazul, que repetía el procedimiento y no complicaba.
Recién con Guillermo Pol Fernández en cancha se originó una jugada que pudo haber terminado en el empate: un remate al arco con izquierda del ex Boca quedó en los pies de Medina, quien demoró y le bloquearon la posibilidad de igualar en el ingreso al área mayor.
A los 40’ llegó el minuto que selló la suerte del partido, porque fue el segundo gol azulgrana, una magistral definición de Villalba, tras toque de Elizari. La polémica: el ex Quilmes había dejado el campo de juego para ser atendido tras un pelotazo de Nery en el rostro, fue autorizado a reingresar y le robó la pelota a Ferrari al entrar por ese costado. Construyó la acción del gol, Villalba convirtió y todo fue reclamo en Central. Miguel Ángel Russo fue expulsado, los hinchas coreaban insultos para Delfino y al árbitro todo pareció írsele de las manos.
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El final del partido llegó con fuegos artificiales en las tribunas y el enojo con el réferi latente. Pero la preocupación mayor en Arroyito corre por las cuatro derrotas que acumula en el campeonato y la baja producción en los partidos.
De contraataque y con polémica, San Lorenzo le ganó a un inofensivo Central
