No hubo justicia en el Gigante de Arroyito. Central fue superior a Colón en todos los sectores del campo, menos en la red, donde el Sabalero estampó el único gol del partido y festejó una victoria que lo ubica en la cima de la tabla de posiciones. En el Canalla quedó el sabor amargo y la preocupación de la segunda caída consecutiva en el campeonato, pero claramente no mereció perder el partido.
Desde el arranque, los dirigidos por Miguel Ángel Russo presionaron sobre la salida de los visitantes y lastimaron con las gambeta de Federico Carrizo y la profundidad de Walter Acuña, pero el arquero Montoya empezó a demostrar temprano que tenía una noche inspirada.
Colón aguantó como pudo los embates auriazules en esa primera etapa y aprovechó al máximo una buena jugada por derecha que definió con justeza el delantero Luque a los 32 minutos.
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El conjunto de Miguel Russo hizo casi todo en el primer tiempo: presionó alto, fue veloz por las bandas e intentó por el centro con Acuña, pero le faltó precisión y suerte para batir al arquero sabalero.
Un minuto después del gol de Luque, el volante canalla Jesús Méndez tomó el balón en la puerta del área grande y estrelló un tremendo derechazo en el travesaño. Un rato después, Montoya le sacó un cabezazo a Berra desde un ángulo difícil. Esto como ejemplo de la insistencia de Central en el área sabalera.
El segundo tiempo arrancó con la misma fisonomía de partido: Central fue a buscar el empate con toda su intensidad y Colón se refugió cerca de las seguras manos de Montoya para defender la ventaja que había conseguido.
Méndez tuvo otro remate que pasó muy cerca y Carrizo siguió desequilibrando con sus gambetas, pero el local chocó todo el tiempo con la resistencia santafesina. Russo mandó a todos sus delanteros a la cancha (ingresaron Niell, Medina y Castillejos), pero ni así el Canalla pudo alcanzar la igualdad.
Central terminó yendo en forma desordenada y al ritmo del público que volvió a llenar el Gigante de Arroyito. A una gran tapada del portero rojinegro frente a Castillejos, le sucedió una contra que no pudo definir Curuchet. Hasta que el pitazo final del árbitro dejó resignado al conjunto de Russo.
El equipo de Arroyito suma preocupación por las dos caídas consecutivas, pero al menos encuentra tranquilidad en la sustentabilidad de su juego, el que había perdido por grandes momentos en Mendoza. En la semana tendrá revancha ante San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro.
Fuente:Rosario3