Después de casi un año y medio de estar prófugo, Damián Reifenstuel fue detenido en Bolivia. Se trata del tercer implicado en el asesinato de Ivana Garcilazo, la hincha de Rosario Central que fue atacada a piedrazos por un grupo de agresores luego de un clásico contra Newell’s en septiembre de 2023. Mientras los otros dos acusados ya habían sido arrestados e imputados, Reifenstuel logró evadir a la Justicia y se ocultó en un pequeño pueblo boliviano, donde vivía bajo otra identidad y trabajaba como docente.
La captura fue confirmada por Interpol Bolivia, que, tras meses de seguimiento, logró localizarlo en Samaipata, un pueblo remoto en las afueras de Santa Cruz de la Sierra. Allí, el hombre había asumido una nueva identidad y se hacía pasar por ciudadano uruguayo, lo que le permitió insertarse en la comunidad y conseguir trabajo como profesor en una escuela local. Según indicaron las autoridades, la detención se produjo tras un operativo coordinado con la Fiscalía Federal argentina.
“Nos trasladamos a Samaipata y lo detuvimos. Estaba con otra identidad y, al ser interrogado, asumió su responsabilidad”, explicó Juan Carlos Bazoalto, director de Interpol en Bolivia. Según detalló, Reifenstuel tenía una notificación roja por homicidio agravado y se encontraba en la mira de la Justicia internacional desde hacía más de un año. Ahora, permanece bajo custodia a la espera del proceso de extradición a Argentina.
Un crimen que conmocionó a la ciudad
El asesinato de Ivana Garcilazo ocurrió el 30 de septiembre de 2023, después de la victoria de Central en el clásico rosarino en el Gigante de Arroyito. La mujer, de 32 años, regresaba a su casa en moto junto a su pareja cuando fue atacada en la esquina de Ovidio Lagos y Montevideo por un grupo de hinchas de Newell’s que la golpearon con piedras. La brutal agresión le provocó heridas gravísimas y, tras permanecer internada, falleció días después.
La investigación determinó que tres hombres fueron los responsables del ataque: Ariel Cabrera, Juan José Masson y Damián Reifenstuel. Cabrera y Masson fueron detenidos e imputados meses atrás, pero Reifenstuel logró escapar y se mantuvo prófugo hasta ahora. Hasta el momento del crimen, trabajaba como docente de química en Rosario y Pérez, y tenía domicilio en esta última localidad.
La lucha de la familia y el rol de la recompensa
Durante meses, la búsqueda de Reifenstuel se mantuvo activa y su captura se convirtió en un reclamo constante por parte de la familia de la víctima. Incluso, los familiares de Ivana viajaron a Bolivia para pedir colaboración y visibilizar el caso, con la esperanza de obtener información sobre su paradero.
Finalmente, este martes, la detención del prófugo en Santa Cruz de la Sierra puso fin a la incertidumbre. “Tarda en llegar, y al final hay recompensa”, expresó Silvina, hermana de Ivana, al conocerse la noticia. “A las familias de víctimas, les dejo un mensaje: no pierdan las esperanzas. Puede tardar, pero al final hay recompensa. Hay que creer en la Justicia, porque existe. Las causas no quedan encajonadas, se trabajan. Y hoy lo demostraron, después de un año y medio”, agregó.
El caso también motivó a las autoridades provinciales a reforzar el programa de recompensas para la búsqueda de prófugos con causas graves. El gobernador Maximiliano Pullaro y la fiscal general del Ministerio Público de la Acusación, María Cecilia Vranicich, brindaron una conferencia de prensa en la que anunciaron la captura y destacaron la importancia del trabajo coordinado entre organismos nacionales e internacionales para lograr la detención.
Ahora, con los tres acusados bajo custodia, la causa judicial por el asesinato de Ivana Garcilazo avanza hacia su próxima etapa. Se espera que en los próximos días se realicen los trámites necesarios para la extradición de Reifenstuel y su posterior imputación en Argentina.
