Poco después de que apuñalaran a Sergio Alcaraz, el muchacho de 25 años que murió en el marco de una supuesta reyerta entre bandas de barrio Tablada, sus amigos fueron en busca de su agresor. Balearon la fachada de su casa y le prendieron fuego. Pero no lo encontraron. Una historia de sangre y venganza que parece no tener fin.
Allegados a Alcaraz se dirigieron a la casa de su supuesto homicida, que vive en una vivienda arriba de la de sus padres, en Alem y 24 de Septiembre, la misma cuadra en la que el joven de 25 años fue acuchillado.
Luego de disparar una lluvia de balas contra la fachada, el grupo irrumpió en la casa a los golpes, aunque no encontraron a quien buscaban. Sólo se toparon con los padres del presunto asesino que viven en la planta baja del mismo domicilio.
No obstante, la patota continuó su búsqueda y en el trayecto arrasó con todo lo que había a su alrededor, rompió electrodomésticos y muebles. Al llegar al primer piso, se llevaron una vez más una decepción, el supuesto agresor no estaba en su casa.
Sin embargo, no se quedaron de brazos cruzados, rociaron el inmueble de combustible y le prendieron fuego. Para cuando llegaron los bomberos era demasiado tarde, las llamas habían reducido el lugar a cenizas.
Fuente: Rosario3