Dos hombres quedaron filmados mientras concretaban un ataque a tiross contra el frente de una fábrica de hielo ubicada en Viamonte al 3600, en la zona oeste. La balacera fue perpetrada pasadas las 20 de este domingo y los agresores huyeron a bordo de un Chevrolet Classic gris.
Según las imágenes de cámaras de la zona, los sospechosos bajaron del auto, dispararon contra el portón donde ingresan los vehículos que cargan hielo para hacer el reparto, dejaron una nota amenazante y luego se subieron nuevamente al vehículo que los esperaba con una persona al volante.
El ataque de este domingo se suma a una amenaza que recibieron los dueños de Hielo Rosario en enero de este año. “En ese momento llamaron al teléfono fijo de la empresa donde le dijeron a una empleada que ellos trabajaban para una banda, que tenían que dejar plata porque hacía mucho que estaban ahí y nunca habían pagado y que si no pagaban iba a haber tiro”, relató Ignacio Del Vecchio, el abogado de la empresa.
Tras este episodio hicieron una denuncia ante el Ministerio Público de la Acusación y el hecho se sumó a una serie de extorsiones que se dieron en zona sudoeste y oeste de la ciudad. La investigación de estas amenazas desencadenó un allanamiento en la cárcel de Coronda y la detención de tres mujeres, que serían parejas de los reclusos, y que ofrecían sus CBU para que los comerciantes depositen el dinero de las amenazas.
La dueña de la fábrica “Hielo Rosario”, que fue atacada de 16 tiros en la noche de este domingo en Viamonte al 3600, recordó que desde enero son extorsionados por la banda narco Los Funes y reclamó la protección que le prometieron desde entonces: “¿Están esperando que maten a alguien para que vengan a vigilar?”.
La denuncia de aquel hecho tuvo correlato judicial. A comienzos de este mes, el fiscal Pablo Socca imputó a Miguel Ángel Roezga, un preso de Coronda, por haber sido quien llamó para exigir 300 mil pesos en nombre de Los Funes a cambio de no atacar la compañía o a los familiares de los dueños. En esa audiencia también fueron acusados otros dos reclusos y sus parejas por intimidaciones que eran cobradas en efectivo o a través de transferencias bancarias, toda una novedad en causas judiciales de este tipo.
Sin embargo, la dueña de la fábrica mencionó que desde enero se le había prometido protección policial y nunca se concretó. “Nunca nos protegieron y pasó esto anoche, a las ocho de la noche. ¿Están esperando que maten a alguien para que vengan a vigilar?”, reclamó.
