“¿Y es tan insegura Rosario como dicen?”. La pregunta viene de los pueblos vecinos, que visitan cada tanto la ciudad en el esplendor de sus avenidas, durante el día, generalmente con fines de estudio, trabajo y turísticos. El brutal asesinato de Joaquín Pérez, el arquitecto de 34 años que fue víctima de un asalto en el que lo balearon y falleció como consecuencia de las heridas, volvió a exponer el lado más oscuro de la ciudad.
La “costumbre” de escuchar sobre balaceras, las precauciones para salir cuando baja el sol y otras cuestiones salen a la luz a diario en los barrios. No es tanto la realidad del custodiado centro, que tampoco queda afuera de la compleja trama de inseguridad y violencia que nos atraviesa.
La Rosario librada al azar, en la que policías y fuerzas federales parecen más avocadas a los operativos de tránsito y no al riguroso control de las calles. Sentir que viene una moto y que no hay más personas en la misma cuadra es casi el sinónimo de un muy probable asalto. En las manos de delincuentes queda el tenor que tomará la violenta situación.
Fue así que en la madrugada de este viernes 22 de octubre, a horas de la conmovedora manifestación en Arroyito para pedir justicia y seguridad tras el crimen de Joaquín, otro hecho de inseguridad quedó filmado. Y muestra cómo es la madrugada en los barrios; baja el movimiento de personas y sube el de motos de baja cilindrada a mano y contramano.
En Angeloni y Gutenberg, saliendo de la zona centro hacia el sector norte rosarino, pasadas las 3 de la madrugada de este viernes una joven fue víctima de motochorros. Primero fue arrinconada por un delincuente en moto con el que forcejeó para no perder su mochila; luego llegó otro y finalmente aparece en escena otro joven que pasaba por el lugar que por poco casi termina siendo atacado. Los motochorros levantan algunas pertenencias de la víctima y huyen.