Luego de más de 40 horas de operativo de búsqueda y de haber demolido lo que quedaba de la casa de Superí al 200 que se había derrumbado, los rescatistas encontraron el cuerpo sin vida de Luis Ariel López, el hombre de 52 años que había quedado atrapado en la vivienda el domingo pasado.
El director provincial de Bomberos Zapadores, Andrés Lastorta, y el titular de Defensa Civil, Gonzalo Ratner, confirmaron que encontraron el cuerpo de Luis Ariel este martes a alrededor de las 14, luego de haber demolido lo que quedaba de la casa.
Estaba entre el comedor y el living, donde, presumiblemente, había quedado atrapado cuando corría a la puerta, tras empujar a su padre, Luis, de 88 años, afuera. Este último resultó casi ileso y pasó todo este tiempo de angustia y espera en casa de un familiar. El segundo sobreviviente es Facundo, el inquilino que vivía con ellos, quien se recupera en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).
En el lugar trabajaron unas 40 personas, entre ellos bomberos de otras localidades y la Brigada de Rescate en Estructuras Colapsadas (Brec).
Lastorta había explicado que seguir avanzando sobre la estructura podía poner en riesgo a los rescatistas y por eso pasadas las 10 de la mañana se tomó la decisión de tumbar con maquinaria pesada lo que quedaba de la casa de tres plantas y el paredón que daba a calle Superí.
“Era losa contra losa, algo irrisorio. Lamentablemente, es la única forma de encontrar a esta persona”, había dicho Lastorta. Y lo fue. Tras el hallazgo del cuerpo, Ratner observó que estaba en un lugar donde no podría haber “espacio de vida” por la cantidad de escombros, todos ellos compactados entre sí.
Sus familiares y amigos contaron que era un amante de la naturaleza, realizaba distintas actividades en el río y era instructor de montaña. “Sumamente deportista”, dijo María del Mar, sobrina del dueño de la casa y prima de Ariel, cuando todavía no habían encontrado el cuerpo.
Fue alumno de la escuela Gabriel Carrasco (Agrelo al 1700) y cursó la secundaria en la Escuela Técnica Nº5 (Enet Nº5), donde se recibió de maestro mayor de obras. Siempre vivió en Alberdi y era socio del Club Remeros Alberdi.