Por Juan Manuel Abba
Algunos días atrás leí una publicación en el perfil de “La Garganta Poderosa” que decía: – Cuando Sergio Berni pide «leyes para poder expulsar a los extranjeros que delinquen», se refiere a Barrick Gold, Lear y Monsanto, ¿no? -La reflexión parece básica. En la discusión política debería surgir desde un comienzo este planteo, pero nada de eso sucede. Dialogar sobre “inseguridad” se vuelve insoportable y ya no sorprende el lugar común en el que se suele caer. Sin siquiera mediar palabra se escucha el “hay que matarlos a todos” desechando así toda esperanza de sostener un argumento serio.
El punto es: ¿Qué hace que una persona se ponga fuera de la ley?
La desigualdad, que el 99% de los recursos esté en manos del 1% de la población. Quizás esto, al menos por ahora, sea inevitable, pero dediquémonos a pensar: ¿Daña más a la sociedad los delitos interpersonales como los robos, o los delitos sociales cometidos por empresas, como las quiebras fraudulentas y la evasión?
Estamos hablando de delitos en ambos casos. Claro que uno es más visible que el otro, pero no tengamos dudas que causan más daño Barrick Gold, Lear y Monsanto. Sin embargo, nadie habla de eso.
No quiero decir que haya un canon de delitos superiores por encima de los otros, pero que unos no nos hagan olvidarnos de los otros. Procuremos que las cárceles en lugar de estar llenas de los que cometen los delitos del kiosco de la esquina esté llena también de los otros, que por lo general no sólo no están en cárceles sino que duermen en los mejores hoteles del mundo.