La noche del viernes en Rosario prometía ser especial. Con un calor sofocante en el interior del Salón Metropolitano, los fans de Tan Biónica se concentraron dando inicio a un fin de semana de plena música. Como suele suceder, fue una odisea para encontrar estacionamiento en el Alto Rosario Shopping, aunque fue solo un obstáculo que no opacó la noche. Grupos de amigos, jóvenes acompañados por sus padres y una mezcla de generaciones esperaban ansiosos la aparición de Chano Charpentier.
A las 21:20, el momento llegó. La banda liderada por Chano comenzó su espectáculo con «Hola mi vida», un tema que desató la primera ovación de la noche. Con una energía contagiosa, Chano se dirigió al público: «Buenas noches Rosario! ¡Se van a mover o nos vamos! ¡Así comenzó nuestro romance con esta ciudad!». La conexión fue instantánea, la sala vibró con gritos y la banda continuó con «Vámonos» y «Arruinarse», donde la interacción entre Chano y el público aumentó. «¡Buenas noches Rosario! Hace frío, ¿no? ¡Me estoy cagando de frío! Ustedes, ¿no?» aludiendo al calor del lugar.
«Loca» empezó como balada con Chano solo al piano antes de que la banda se le uniera. La secuencia siguió con «La otra manera», «Tus horas mágicas» y «Un poco perdido», haciendo delirar al público presente. «Lunita de Tucumán» y «El duelo» marcaron el camino hacia uno (de los tanto a lo largo de la noche) momento de electrónica en el show, cuando Diega, el baterista de la banda, tomó el control del escenario como DJ.
A medida que avanzó la noche, el ambiente se hizo más íntimo con la interpretación de «Ella» y «Vidas perfectas»; mixeado con un nuevo bloque de electrónica. Chano regresó con «700 toneladas», mientras se colocaba un piano en el medio del público hacia el centro del Salón Metropolitano augurando lo que sucedería más tarde luego de cantar: «Beautiful» y «La suerte está echada». En este momento fue cuando Chano, en medio de juegos de luces, lásers e imágenes en las pantallas con música, aprovechó para desplazarse del escenario principal al más pequeño armado entre el público. Y fue con su guitarra que comenzó un momento más acústico haciendo un cover de The Beatles: “Blackbird”.
La nostalgia invadió el Metropolitano cuando interpretó «Pétalos»; para luego llamar a Bambi, su hermano e integrante de la banda, y compartir juntos recuerdos de visitas anteriores a Rosario, reflexionando: “Yo no sé eso qué dicen… Acá veo una ciudad llena de luz, de amor”. Se les sumaron el resto de los integrantes de la banda y la noche continuó con «La ensalada» y «Mis madrugaditas».
Finalmente, regresaron al escenario mayor para «Ciudad mágica» y «Mis noches de enero», generando una nueva explosión en los fans. Cuando parecía que el show llegaba al final, Chano volvió (como toda la noche) a agradecer al público: «Gracias por todo Rosario! ¿Nos quedamos?»; y continuó con «Obsesionario en la mayor”; y fue en ese momento en que aprovechó para darle las gracias a su productor por el gran despliegue de luces y pantallas que caracterizó al show, marcando su ambición de ofrecer un espectáculo internacional.
El cierre de la noche llegó con el vigésimo quinto tema «La melodía de Dios», que hizo evidente, una vez más, la conexión del público rosarino, que deliraba ante cada intervención de Chano. Así culminó una noche mágica en Rosario, que tendrá dos shows más el sábado y domingo dejando un fin de semana inolvidable para los fans quienes después de 10 años volvieron a disfrutar de Tan Biónica en la cuna de la bandera.
