Dos artistas rosarinas inmortalizaron la estampa de Tomás Felipe Carlovich en su barrio de origen. La imagen del Trinche se refleja en un enorme mural en las Cuatro Plazas de Mendoza y Provincias Unidas, en el barrio Belgrano, donde el mítico futbolista rosarino nació y se crió. La obra es trabajo de China del Río y Marina Aloe, quienes resaltaron la buena recepción que tuvo de parte de la comunidad que vive en la zona.
El mural se pintó sobre una de las paredes de la iglesia San Antonio de Padua que circunda ese tradicional espacio verde de la zona oeste de la ciudad, más precisamente en Mendoza y Bolivia, muy cerca de donde vivía la leyenda de Central Córdoba, fallecido en mayo de 2020 tras ser golpeado en el robo de su bicicleta.
A menos de diez cuadras de esa casa con portón vidriado al frente de Guatemala al 700, donde sus amigos y vecinos hicieron un santuario luego de su muerte, ahora el Trinche observa desde lo alto de un paredón, a pocos días de que se cumpla el segundo aniversario de su partida (8/5).
“La segunda vez que hablé con Bruno (hijo del Trinche), le confesé que me generaba cierta contradicción pintar tan grande a su papá siendo que lo que distingue al Trinche es su bajo perfil, él que no se dejaba filmar ni por la familia. Bruno me respondió que ‘había que hacerlo’ porque el barrio lo extraña mucho”, contó Camila, conocida en el ambiente artístico como China del Río.
“Se comprobó enseguida: la cantidad de vecinxs que desfilaron por la pared estos tres días, todxs achinando los ojos y con la necesidad de contar lo que al Trinche les acercaba. Escuchamos mil recuerdos y anécdotas, recibimos vino, dulces y mucho amor”, añadió la muralista.
“Hoy barrio Belgrano tiene a donde ir a dejar flores o más vino o más amor, porque si nos quedó parecido al Gauchito, fue involuntario pero no casualidad. Bien lo sabe la foto que en mi pieza me mira desde arriba la mesita. Por todos los desvaríos que me escuchó, acá va mi promesa cumplida”, concluyó.
Este nuevo mural se suma a otros homenajes que se pueden ver en distintos puntos de la ciudad y que mantienen viva la leyenda de Carlovich, junto a las historias que se siguen contando sobre sus proezas con la pelota de fútbol, su amor incondicional por la ciudad, el Charrúa de barrio Tablada, sus amigos y el culto a una vida simple y austera.
En una de las tribunas del estadio Gabino Sosa de Central Córdoba, su club de siempre, colocaron una estatua para recordarlo. A pocos metros de la cancha, en la esquina de Alem y Rueda, otro mural recuerda su rostro con una frase para la historia: “Esta noche juega el Trinche”. Y unos días después de su trágica muerte apareció pintado su clásico número cinco en la espalda de una estatua del Che Guevara, en el Parque Yrigoyen.
