El casco histórico de Rosario recuperó este sábado todo su esplendor. En el marco de los festejos por el Tricentenario, el municipio presentó la renovación integral del Pasaje Juramento, las fachadas del Palacio de los Leones y de la Catedral Basílica Nuestra Señora del Rosario, en una jornada que combinó historia, arquitectura, arte y orgullo ciudadano.
La ceremonia, encabezada por el intendente Pablo Javkin, tuvo lugar desde las 19.30 en Buenos Aires y Santa Fe, donde la iluminación de las fachadas marcó el punto culminante del acto. Con un cruce de campanas entre la Catedral y el Palacio, la ciudad volvió a latir en el corazón de su historia.
“Hoy estamos recuperando parte de lo mejor de nuestra historia: la Catedral, nuestro primer gran edificio; el Palacio Municipal, símbolo del siglo XIX; y el Pasaje Juramento, que en el siglo XX marcó un nuevo vínculo entre Rosario y la bandera”, expresó Javkin. “Todo esto es un legado para las próximas generaciones y una muestra del orgullo de una ciudad que siempre construyó con su propio esfuerzo”, agregó.



Luces, arte y emoción
El evento reunió a cientos de vecinas y vecinos, junto a autoridades provinciales y municipales, en una puesta en valor que incluyó espectáculos artísticos y recorridos guiados. La reapertura del Pasaje Juramento fue acompañada por una intervención sobre el espejo de agua, a cargo del Ballet Glamorée dirigido por Pecky Land, junto a la Orquesta de Cuerdas conducida por Leonel Lúquez y la guitarra del concertista Axel Giudice.
Uno de los momentos más emotivos fue la exhibición, frente a la Casa Parroquial, de la imagen original de la Virgen del Rosario, patrona y fundadora espiritual de la ciudad, que cuenta con más de 250 años de historia.
Patrimonio recuperado
La restauración integral del Pasaje Juramento incluyó la reparación del espejo de agua, la renovación del piso con placas antideslizantes tipo Dekton Danae y una nueva iluminación ornamental. Las diez esculturas monumentales de Lola Mora —entre ellas El Centinela, La Libertad y La Victoria— fueron limpiadas, restauradas y protegidas con tratamientos especiales para preservar su brillo original.
En el Palacio de los Leones, los trabajos devolvieron el color arena original de su fachada, tras décadas de intervenciones. Se restauraron molduras, balcones y terrazas, y se incorporó un sistema lumínico que realza su arquitectura neoclásica. En paralelo, la Catedral recuperó sus cornisas, revoques y cúpulas, además de una nueva cubierta de chapa e iluminación que permite apreciar su belleza arquitectónica durante la noche.
Un legado hacia adelante
La jornada también marcó el inicio de una nueva etapa: para diciembre, se prevé concluir la remodelación total de la plaza 25 de Mayo, el espacio más antiguo y simbólico de Rosario, completando la revitalización de toda la manzana fundacional.
“La unión con nuestra bandera, con Belgrano, con las estatuas de Lola Mora que representan la libertad, con la Catedral y el Palacio, expresa quiénes somos como ciudad”, destacó Javkin. “Es un orgullo que este corazón histórico vuelva a brillar en el Tricentenario.”
Una noche de celebración
La reapertura coincidió con una nueva edición de La Noche de las Peatonales, que volvió a llenar de vida las calles del centro con música, ferias, gastronomía y espectáculos. Desde Córdoba y San Martín hasta España y Mendoza, miles de rosarinos y visitantes disfrutaron de una noche especial que unió el pasado, el presente y el futuro de la ciudad.



