La Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) detuvo este martes a Oscar M., sospechoso de ser un nexo entre Ariel ‘Guille’ Cantero, líder de Los Monos, y la barra brava de Newell’s. Según los investigadores, el detenido formaría parte de una asociación ilícita que opera desde cárceles federales y mantiene vínculos con referentes del paravalanchas leproso.
Los operativos se realizaron en dos domicilios: uno en Regimiento 11 al 1700, en la zona sur de Rosario, y otro en Navarro al 7600, en la zona noroeste. Durante los procedimientos, la PSA incautó dinero en efectivo, ropa deportiva oficial de Newell’s, teléfonos celulares, una cámara de vigilancia, vehículos y otras evidencias.
Oscar M. será imputado este viernes en el Centro de Justicia Penal bajo los cargos de asociación ilícita. La causa se suma a una investigación más amplia que ya ha llevado a la detención de otros miembros de la barra vinculados con Los Monos, incluyendo a Diego Gabriel Cantero, primo de «Guille», detenido en diciembre pasado.
Los nexos entre la barra y Los Monos. La barra brava de Newell’s, históricamente controlada por hombres vinculados al crimen organizado, sigue bajo la lupa de la Justicia. Según investigaciones recientes, el grupo opera con influencia directa de líderes detenidos como Alejandro “Rengo” Ficcadenti y Leandro “Pollo” Vinardi, quienes coordinan extorsiones y actividades ilícitas desde las cárceles.
En agosto de 2024, el fiscal Franco Carbone reveló que el club habría estado pagando un millón y medio de pesos mensuales a la barra, lo que explicaría la persistente presión sobre la dirigencia de Newell’s. En su declaración, el presidente del club, Ignacio Astore, denunció que las exigencias de la barra influyeron incluso en la salida del técnico Javier Sanguinetti en 2022.
Contexto de violencia y extorsión. El origen de la causa remonta a la balacera contra la casa de una vocal de la comisión directiva del club en julio de 2024. Esa acción destapó una compleja red de extorsiones que involucra tanto a la barra como a Los Monos. Los fiscales buscan desmantelar este esquema criminal que combina el control territorial y las amenazas con la influencia en el club.